Si llevas un año sin poder recuperarte de la rutina. Si tu salud te pide a gritos un poco de naturaleza en tus células. Si tus neuronas andan cojas… Es porque tienes que parar con freno de mano y descansar. Si no sabes cómo, bienvenido al club de los aprendices.
Si no puedes dormir las ocho horas mínimas para descansar durante la noche. Si sientes que tu cuerpo se fatiga de sólo caminar. Si el trabajo se ha transformado en un lugar que sólo te da dolores de cabeza. Si tus hijos te exigen entretención y no te quedan fuerzas para estar con ellos. Una vez más: ¡necesitas descansar!
La época de vacaciones nos ayuda a adquirir conciencia de que es casi una obligación tomarse unos días para descansar, renovar energías y desconectarse de lo que nos tiene agotados. Y aunque para todos es un agrado poder distraerse y reposar de la vida acelerada, no siempre es fácil lograr tan anhelado propósito.
La época de vacaciones nos ayuda a adquirir conciencia de que es casi una obligación tomarse unos días para descansar, renovar energías y desconectarse de lo que nos tiene agotados. Y aunque para todos es un agrado poder distraerse y reposar de la vida acelerada, no siempre es fácil lograr tan anhelado propósito.
¿Qué es descansar? El diccionario de la Lengua Española Real Academia dice que es “cesar en el trabajo, reparar las fuerzas con la quietud y tener algún alivio en las preocupaciones”. ¿Hace cuántos meses no logras ese estado? ¿El verano pasado tuviste un descanso en familia? ¿Cuáles son las actividades que te ayudan para calmar el frenesí anual? ¿Qué te produce agrado, relajo y satisfacción?
Es extraño pero aunque tengamos días libres no siempre descansamos. La desconexión con el trabajo y el relajo con respecto la cotidaneidad son clave. Hay que tomarse los días de vacaciones que nos corresponden, si no el cuerpo y la mente se encargarán de recordárnoslo; éstos (sobre todo el cuerpo) no distinguen si somos o no trabajólicos. El estrés es sólo un ejemplo de alerta cuando nos falta descanso.
Es extraño pero aunque tengamos días libres no siempre descansamos. La desconexión con el trabajo y el relajo con respecto la cotidaneidad son clave. Hay que tomarse los días de vacaciones que nos corresponden, si no el cuerpo y la mente se encargarán de recordárnoslo; éstos (sobre todo el cuerpo) no distinguen si somos o no trabajólicos. El estrés es sólo un ejemplo de alerta cuando nos falta descanso.
La sicóloga Lorena Bravo dice que lo óptimo es tomar las tres semanas “seguidas”, ya que parcelar las vacaciones no provoca un real descanso. “La primera semana seguimos conectados con nuestras actividades y con la rutina. Por lo mismo, esta primera semana nos sirve para llevar a cabo una desconexión paulatina, máxime si las vacaciones han implicado un traslado fuera del hogar, horas de manejo, maletas, niños, provisiones, etc. En esta semana el organismo necesita reponerse del fuerte estrés de fin de año y dormir ayuda muchísimo, por esto, tener las actividades programadas desde las 7 AM no es recomendable; tal vez sea bueno entregarse a un ritmo sin exigencias”, aconseja Bravo.
La especialista sugiere, además, hacer cosas que no requieran mucho esfuerzo, conversar en familia y programar “en conjunto” actividades lúdicas, nos introduce a una segunda semana donde realmente comenzamos a descansar. “Es importante que los padres no impongan dictatorialmente las actividades ya que indudablemente esto podría generar algún tipo de conflicto. Los adultos podemos ceder en parte y llegar a acuerdos”, asegura la sicóloga.
Y ¿qué podemos hacer para descansar?
Añoradas vacaciones
Dormir sin despertador hasta reponerse. Comer sano y rico. Meditar o estar en silencio (un dato: dejar pasar los pensamientos preocupantes). Cambiar de entorno. Permitirse hacer cosas distintas a las acostumbradas durante el año (incluso el ocio es positivo). Hacer actividades al aire libre. Evitar hablar con el lugar de trabajo (aunque sea para saber si está en orden). Disfrutar el momento. Son solo algunos de los consejos que te podemos dar para conseguir esa tan anhelada renovación.
Algunos consejos básicos |
• Preparar las vacaciones con antelación y planificar en familia. |
• Compatibilizar el ocio con actividades lúdicas. |
• Balancear los propios intereses con los de los otros miembros de la familia, así evitaremos conflictos que enturbien nuestras vacaciones. |
• No dar tanta importancia a horarios, todo debiera ser más relajado, sin llegar a extremos. |
• Realizar algún tipo de actividad física, esto libera endorfinas que nos generan sensación de placer. |
• Vacaciones tampoco es sinónimo de inactividad; vacaciones significa cambiar de actividad, dejar de ejecutar los trabajos y acciones rutinarias para hacer otros. |
• Lo más importante es pasar juntos los mejores momentos de las vacaciones; serán la energía para el año que comienza luego. |
• Por último, es importante no regresar el día antes que empiece el trabajo para que se pueda retomar el ritmo de manera gradual. |
Algunos ya salieron, otros están por tomarse unas merecidas vacaciones y otros las tienen planificadas para más adelante. Lo importante es tener claro que tenemos que descansar para poder retomar, luego, los hábitos o las labores que nos esperan.
¡Descansa de verdad!
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