Desde el 1° de septiembre en el Museo de Bellas Artes
Por años se pensó que había sido una extravagancia del artista, una muestra más de su personalidad rebelde. En 1881, el pintor Edgar Degas expuso, en el VI Salón Impresionista de París, la obra La pequeña bailarina de catorce años. De inmediato se desató la polémica. No sólo porque siendo Degas miembro del grupo de pintores impresionistas, en el que se contaban Monet, Manet y Cezánne, entre otros, el artista prefiriera mostrar una escultura antes que un cuadro, sino por la propia naturaleza rupturista de la pieza. Era de cera, medía unos 99 centímetros y representaba a una joven estudiante de danza en posición de espera, vestida con un tutú de algodón y una cinta afirmando el cabello que en realidad era una peluca. Este tipo de materiales nunca habían sido usados para una obra de arte y los críticos la consideraron más un esperpento adecuado para un museo de ciencia.
Fuente La tercera
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